13 de mayo, Virgen de Fátima

Este mes de mayo, en Milicia nos hemos propuesto que verdaderamente sea el mes de la Virgen.

En lo grande, y en lo pequeño. Porque queremos ser todo tuyos, Madre. Tú nos acoges, nos transformas y nos envías.

REDESCUBRIENDO EL AMOR A MARÍA COMO ALGO ESENCIAL DE NUESTRO CARISMA.

El padre Morales entendía el amor a la Virgen no como una devoción piadosa, sino como mirar a la Madre Buena, tratando de descubrir en Ella las actitudes de todo discípulo del Señor.

Ella, la mejor discípula, es para nosotros la mejor maestra. Y además, la recibimos como Madre a los pies de la cruz.

No se puede ser auténtico cruzado, ni militante, sin estar enamorado plenamente de la Virgen.

(P. Morales, SJ)

En el último círculo compartimos cómo estábamos viviendo el inicio de mayo. En medio de exámenes, a las puertas de la EvAU, en el final de la liga del equipo de fútbol…, en medio de todo esto, está siendo precioso cómo cada uno trata de regalarle a María flores, obsequios de amor, que transformen los quehaceres en misión, en ofrenda, en reparación. ¿Qué nos está ayudando?

  • Las flores a María
  • Ofrecimiento de obras
  • Cantar canciones a María (en la ducha o por la calle)
  • Rosario a la Virgen
  • 3 avemarías antes de dormir
  • Buenas acciones ofrecidas

Algún militante compartía sus dificultades para rezar el rosario: ¿es necesario estar siempre concentrado o sin distraerse?

A la Virgen le gusta el tiempo que le dedicamos, somo humanos y nos podemos distraer. Lo que Ella espera de nosotros es esa fidelidad oculta, aunque a veces sea despistada. Ella nos pidió rezarlo un 13 de mayo en Fátima. Se lo pidió a unos humildes pastorcillos. Nos lo pide hoy a nosotros.

La Virgen está poniendo en marcha esta Cruzada-Milicia suya, para hacer realidad el mensaje que en Fátima nos anunció. Quería encontrar almas que, como las de aquellos niños, se ofreciesen a entregar sus vidas, en holocausto de amor, por la salvación del mundo. ‘¿Queréis ofreceros —preguntó a los pastorcillos— por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados que se cometen contra mi Inmaculado Corazón?’ ‘Sí, queremos’, fue la respuesta. Y Ella añadió lo mismo que ahora os repite a vosotros: ‘Entonces tendréis que sufrir mucho, pero no tengáis miedo. La gracia de Dios os asistirá y mi Corazón será vuestro refugio y camino hacia Dios’».

¿Por dónde empezar? Por…

  • Hacer bien lo que hemos de hacer.
  • Una confesión más intensa.
  • Apostolado.
  • Ofrecer tiempo con la familia.
  • Rezar el rosario.
  • Misa de santa María (sábado por la mañana).
  • Ofrecer los estudios a María.
  • Cantar a María.
  • Hablar de la Milicia con nuestros amigos.
  • Ofrecer algún sacrificio voluntario a María.
  • Rezar en familia.
  • Tener más presente a la Virgen.
  • Visitar al Señor en el sagrario.