EUROPA TAMBIÉN ES TIERRA DE MISIÓN

Europa es tierra de misión, porque tiene que recuperar la memoria de un anuncio olvidado”

  • Rumbo al Perú, fue el proyecto de los militantes universitarios el curso pasado.
  • José María nos cuenta como se prepararon para la misión en Perú, haciendo misión en España.

Es evidente que el momento fuerte de la experiencia misionera que hemos vivido ha sido el mes que hemos pasado al otro lado del charco, pero no quisimos dejar pasar la oportunidad de anunciar a todo el mundo que este verano íbamos a entregarlo a los demás y que nos movía una sola razón: nuestra fe.

Es verdad que hay mucha gente que realiza experiencias solidarias parecidas y no tienen ningún tipo de motivación religiosa pero nosotros hemos viajado hasta el Perú con un tesoro: el evangelio, que es el mensaje de un Dios que nos ama a todos sin excepción. Siempre hemos sido conscientes de que ese mensaje que queríamos llevar hasta América es igual de valioso para los jóvenes con los que compartimos nuestro día a día en la universidad, en nuestro equipo, o en nuestra propia familia. Asique nos decidimos a preparar el mes de misión de verano con un curso misionero en nuestras ciudades.

Así fue cómo surgió la idea de organizar varios conciertos, rifas en navidad, venta de distintos productos, torneos de futbolín… Tenemos que decir que la gente se ha volcado con el proyecto desde un primer momento y ha sido más generosa de lo que nos podríamos imaginar. ¡Muchísimas gracias a todos!

También creamos nuestra página web (www.rumboalperu.wix.com/rumboalperu) con  fotos y vídeos de muchos de estos eventos y un montón de testimonios y en RRSS hemos ido compartiendo toda la información del proyecto  (www.twitter.com/RumboAlPeru y www.facebook.com/RumboAlPeru). Todo esto, con un mismo objetivo: realizar un primer anuncio a tantos jóvenes que no se van a acercar a una iglesia a escuchar una homilía, o renovar ese anuncio que tal vez recibieron siendo pequeños pero ya ha sido olvidado.

Estando en Perú también han sido muchas las ocasiones de compartir nuestra fe con jóvenes estudiantes en colegios y universidades y pienso que toda la labor realizada en España previamente fue una preparación excepcional para esos momentos de testimonio personal. Luego, lógicamente esta la parte de llevar el evangelio a la práctica. Tuvimos la oportunidad de trabajar con niños, familias y ancianos  (algunos vivían en condiciones muy muy precarias) y de compartir con ellos nuestra alegría, nuestro tiempo, ratos de oración… el testimonio de nuestra entrega, que muchas veces, por nuestras limitaciones, el cansancio, etc, no era el mejor posible, pero siempre intentábamos dar lo mejor de cada uno.

La sensación general al volver a casa era que la alegría que nos colmaba al concluir este proyecto se mantendrá en la medida en la que seamos capaces de seguir entregándonos por esta gran causa en el día a día.

José María A.