Etiqueta: Convivencia

  • Impresiones de campamento 2012 Isaac M.

    Los extraños y bellos caminos de Dios:

    Este es mi octavo año en Milicia y mi séptimo campamento (por problemas personales no pude ir un año) y…

    ¡Qué campamento! Iba receptivo. Quería ver qué designios tenía Dios para mí este verano y, ciertamente, como siempre, no fueron menos que sorpresas. María quiso ponerme de jefe de escuadra por accidente. En esta labor, aprendí ante todo a amar, aceptar y a pedir perdón. La escuadra era, en líneas generales, buena pero compleja. Cada uno venía con unos problemas distintos y unas preocupaciones únicas. Además, el cambio de jefe fue un tema difícil de abordar. Gracias a Dios que tuve el apoyo incondicional de mi monitor.

    Tuvimos nuestros “rifi- rafes” continuos y el último día completo de campamento, gracias a unas palabras intercambiadas con cada uno de mis escuadristas, conseguimos que el campamento nos sonriera y nos fuéramos con buen sabor de boca.

    En un plano más personal, como siempre ocurre, me volvió a sorprender Gredos. Esas noches son una maravilla, esas vistas son un regalo y, a pesar de que en las marchas pasé verdadero miedo, vi a Dios en cada uno de los acampados y monitores que no cesaban de dedicarme sonrisas y palabras de ánimo.

    De todas las actividades del Circo, me quedo sin duda con las Misas. Me resulta increíble que en esa inmensidad de lugar, Cristo se nos hiciera presente en un “trozo de pan”. Además, el rato de acción de gracias contemplando a nuestra humilde Virgencita en su gruta… ¡cuántos deseos surgieron en esos momentos! Sin duda, durante el curso, me anima el saber que mi nombre esta a los pies de María, en Gredos. Sin duda, tengo allí, inherente, plantado mi corazón.

    Por último, ahora aquí, quiero pedir perdón también, porque, a pesar de mi esfuerzo (que no fue poco) fallé muchas veces y en distintas ocasiones. También si pude incomodar a alguien, ya fuera con un gesto, una palabra o una actitud. También he de dar las gracias a todos aquellos que hicieron del campamento algo más bonito con sus sonrisas y miradas. Y también a aquellos acampados que ahora puedo llamar grandes amigos míos.

    Un fortísimo abrazo a todos en el Corazón de Nuestra Virgen de Gredos.

    Isaac M.

     17 años

  • Impresiones de campamento 2012 Jorge A.

    Este campamento me ha gustado mucho porque siempre hay un tiempo para cada cosa. Esto, junto a la escuadra, es lo mejor porque te enseña a aprovechar cada instante y a vivirlo al máximo.

    Lo que también me ha gustado son los amigos y Gredos, que es una aventura impresionante.

    Del resto de cosas puedo decir lo siguiente:

    –        La oración de la mañana me ha enseñado a orar.

    –        El deporte me ha enseñado a “no cansarse nunca de estar empezando siempre”.

    –        El taller de naturalismo me ha enseñado a apreciar lo que me rodea.

    –        Los ratos de escuadra me han enseñado a convivir con otras personas

    –        La Eucaristía me ha acercado más a Dios.

    –        El fuego de campamento te enseña a apreciar lo que hacen los demás.

    Jorge A.

  • Impresiones de campamento Alfonso B.

    Mi primer campamento no resultó del todo como me esperaba. Para empezar descubrí que estoy en peor forma que la que pensaba.
     
    Fueron días de trajín, de trabajar, de compartir vida. Fueron jornadas para aprender sobre uno mismo, mis aguantes y mis fuerzas, también sobre mis flaquezas…
     
    Entiendo que haya tantos muchachos que salgan contentos tras este tiempo intentando superarse día a día, entablando relaciones con los compañeros, animando, jugando al deporte, preparando los fuegos nocturnos… Haciendo vida de grupo. De tener yo su edad también lo viviría así, me figuro. Pero no la tengo, y por eso he podido ver otro lado del campamento; un lado más de educador.
     
    Y he comprendido que el campamento Santa María de la Montaña tiene una fuerte vocación, y una exigencia alta. ¡Buf!, era un ritmo fino. Y las cumbres de Gredos fueron un auténtico reto para mí. Os aseguro que pensé «realmente tiene que haber más que subir estos picos, porque si no, no vuelvo otro año», mientras subía fatigosamente. Pero, ¡aaah!, sí que hay más que «subir esos picos». Está el bajarlos con la satisfacción de haberlos coronado, contemplado el paisaje, compartido con los compañeros… está el dormir bajo las estrellas con el eco en derredor… está el bañarse en la laguna bien fresquita a primera hora de la mañana… están los ratos de fuego donde los chavales dejan sus almas volar… está la misa con María mirándonos, mientras estamos agarrados al peñasco que sobresale de la roca que es nuestro cimiento…
     
    Efectivamente, cuando pueda volveré al campamento. Y no solo a subir las cumbres de Gredos.
     
     
     Alfonso B.
    Madrid