Etiqueta: Vocación

  • ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón? (Lc 1, 34)

    «María respondió al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» (Lc 1, 34)

    Vivimos en sociedad. A nuestro alrededor tenemos a cientos de personas que comparten con nosotros la experiencia de vivir: familiares, amigos, conocidos, desconocidos… Puede que te caigan bien o no sepas qué les has hecho para que cada vez que te ven aparten la mirada, pero el caso es que vivimos todos en el mismo planeta, y eso es algo que no se puede evitar. Por tanto, aunque los canales no siempre sean propicios, hay algo que necesitamos para vivir en sociedad: la comunicación.

    comunicacionEsto incluye dos acciones básicas: hablar y escuchar. Como en todo, la clave está en el equilibrio. No callar nunca es tan malo como guardarse todo para uno mismo, por lo que el truco está en escuchar y hablar en el momento apropiado, sin olvidar que el tema de conversación debe ser el apropiado. Se podría decir que este método es de gran utilidad para cualquier caso que se nos pueda presentar, ¿no?

    ¿Pero qué pasa con Dios? Las conversaciones con Él se nos presentan con ciertas peculiaridades: aparente falta de receptor, amplia gama de códigos, dudas sobre la apertura del canal… ¿Acaso el método de comunicación descrito es también apropiado ahora?

    bebe-y-diosAntes decíamos que no callar era tan malo como no hablar. Hay gente que se pasa tanto tiempo pidiendo a Dios, que no alcanzan el silencio suficiente como para escucharle. Por otro lado, encontramos personas que se acostumbran al silencio del alma, sin saber que siempre va a haber Alguien dispuesto a escuchar sus dudas y problemas. A poco que nos concentremos, descubriremos que la mejor forma para escuchar a Dios es el silencio, y a poco que confiemos, sabremos que el canal de comunicación está siempre abierto para nosotros. ¿Cómo sabemos entonces si tenemos que hablar o escuchar?

    Por ahora toca escuchar a María a través de la Biblia. Cuando se le presenta Gabriel, Ella queda sorprendida, y a cuento de lo que venimos hablando, podríamos decir que se queda sin palabras. Es momento de escuchar. Dios tiene un plan para Ella, y es ahora cuando se lo da a conocer. Cada palabra del ángel resulta reveladora, y María escucha con una profunda atención. Es el momento de conocer el plan que Dios le tiene preparado. No escucha con los oídos, sino con el corazón.

    Pero en ese preciso instante, María descubre un pequeño problema. Entregó su virginidad a Dios, y ahora es Él quien le pide que conciba al Hijo de Dios en su vientre. Dios tiene que tener eso en mente, su plan siempre es perfecto. Pero entonces… Hay algo que no cuadra, al menos para María. Es el momento de hablar.

    Así, con la inquietud de la duda en la cabeza, pero al mismo tiempo con la humildad y sencillez de Aquella que confía, expone su pequeño problema: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?»

    Y esta es la gran lección que nos enseña la Virgen hoy. Hablar en exceso puede ser un problema, y ante un ángel del Señor, no parece que sobren las palabras. Por tanto, a María se le presenta la palabra como una oportunidad que tiene que aprovechar con cautela.

    Por su mente pueden haber pasado cientos de preguntas. ¿Por qué yo? ¿Qué es lo que planeas? ¿Por qué no entiendo tus planes? Ahora mismo se encuentra, sin duda, sorprendida, ya que Dios le está pidiendo que sea la Madre de su Hijo. Seguro que tiene la cabeza hecha un lío, pero sin embargo, sabe con quién está hablando. Y sobre todo sabe que es Alguien de quien debe fiarse, ya que todos sus planes están dispuestos para nuestra felicidad. Y así, sin entender absolutamente nada, toma la palabra, para hacer ver a Dios los posibles impedimentos a sus planes. «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?»

    No quiere entender. Quiere saber cómo seguir los planes de Dios.

    Dios no emplea tanto las palabras como nosotros, y no pararnos a escuchar es una tentación en la que es muy fácil caer. Nosotros hablamos mucho, pero Dios prefiere usar los sentimientos.  Cuando no sepas qué decir a Dios, cuando no sepas expresarlo con palabras, limítate a sentir el amor profundo e infinito de Dios. Deja que las respuestas vayan viniendo poco a poco.

    Cuando hay Amor, sobran las palabras.

  • El mejor apostolado del cruzado, es su misma vida consagrada a Dios.

    Nadie da lo que no tiene, y nadie tiene lo que no ha recibido antes gratuitamente de Dios. Dios da, se da a Sí Mismo en cada don… El hombre, sólo puede recibir…

    El cruzado, más allá de lo que haga, es consagrado, y esto en medio del mundo. Éste es su ser, es su misión, es su mejor y más fecundo apostolado. Así lo afirmaba el Padre Morales.

    El militante, sin ser consagrado, es bautizado, y esto en medio del mundo. Su lugar, está en el mundo. En el mundo, sin ser del mundo…

    Consciente de su misión en la medida en que la desempeña, palpa su incapacidad para llevarla a cabo. La desproporción entre los medios y los objetivos es abrumadora…

    Va siendo reducido a nada, tomando conciencia de su pobreza… Y es precisamente de esta total incapacidad, de donde brota una súplica desde lo hondo de su ser: «Señor mío y Dios mío, transforma mi corazón de piedra, en un corazón semejante al Tuyo…» Sólo un pobre es capaz de acoger a otro pobre… ¿Es posible para el apóstol, ser rostro veraz de Dios para el mundo, sin antes, haber sido vaciado de uno mismo?

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  • Mi encuentro con un cruzado misionero.

    Mi encuentro con un cruzado misionero.

    Buenas, soy Jorge L., militante de Santa María de Burgos.

    El pasado sábado 21 de enero, vino un invitado inesperado, Manolo. Nuestro formador, Jesús C., nos lo presentó muy por encima en el tiempo del deporte de los viernes, pero todavía no sabíamos con quién nos habíamos topado.

    Manolo resultó ser un cruzado en misiones, exactamente en Perú, ¡¡y ya llevaba nada más y nada menos que 21 años allí!!

    El círculo fue un círculo muy especial, en el que él nos contó experiencias personales, y nosotros también le pudimos abrir el corazón.

    En sí una de las partes que más me llamó la atencion fue la que dirigimos hacia la vocacion de cada uno. Aprendimos que no importa por que caminos te lleve Dios, (incluso si has estado metido en malos ambientes o casi al borde del suicidio), ya que Dios siempre busca, y si le dejas, encuentra. La conclusión que sacamos para esta etapa de nuestra vida y tan llena de decisiones, es que, hay que estar abiertos asolutamente a todo, porque cualquier vocación, sea la que Dios quiere para ti, puede llenar de alegría para toda tu vida .

    Finalmente nos deleitó con algunas canciones compuestas por él, que en su tiempo, seguro que quedaron en el primer puesto de aravallevisión, fueron geniales.

    Hasta dentro de 3 años Manolo, ¡¡te deseamos todo lo mejor!!

    Jorge L., 17 años

    (Burgos)

    Suenan voces cerca ya,

    la fruta madura está;

    alguien tiene que saltar

    a Perú, Chile, Zaire…, ¡qué más da!, porque

    Hay que saltar a misionar.

    Hay que elevar ya la mirada

    la Iglesia no puede esperar

    en nuestra mano está, todo dependerá

    de hacer viva la mística campamental.

    Ya sé que tú como yo,

    a MISIONES quieres ir,

    ya sabes la preparación:

    “El ahora, el presente vivir”, porque

    Hay que saltar a misionar.

    Hay que elevar ya la mirada

    la Iglesia no puede esperar

    en nuestra mano está, todo dependerá

    de hacer viva la mística campamental.

    ¿Quién el puesto ha de cubrir

    del que marcha a misionar?

    Sólo aquel que sepa abrir

    Alma y vida a Jesús, de par en par, porque

    hay que saltar a misionar.

    Hay que elevar ya la mirada

    la Iglesia no puede esperar

    en nuestra mano está, todo dependerá

    de hacer viva la mística campamental.