Es increíble lo grande que me parece mi corazón cuando contemplo los tesoros de la tierra, puesto que todos reunidos no podrían contentarlo. Pero cuando contemplo a Jesús, ¡qué pequeño me parece!… ¡Quisiera amarle tanto!… ¡Amarle como nunca ha sido amado!
(Santa Teresita de Lisieux)
El tiempo de Cuaresma es un tiempo para amar, y sobre todo para dejarse amar. Por eso Jesús nos lleva al desierto, para hablarnos al corazón, seducirnos…
Ésa es la luz que ilumina la penitencia, el ayuno, la oración y la limosna. Aprender a amar según el Corazón de Cristo, y sobre todo, dejarse amar por Él, sin poner límites a las olas de Amor que desborda, y se pierden por no haber corazones dispuestos a dejarse amar…
Santa Teresita, adalid y protectora de la Cruzada-Milicia de Santa María, intercede por nosotros…