Éste es el espíritu del P. Morales en la formación de esos hombres llamados a ser fermentos en la masa, y éste es el espíritu que trata de inculcar a quienes han de ejercer de educadores:
«Éste es el papel, osucuro y glorioso al mismo tiempo, del educador. Un filósofo francés, Lavelle, ha dicho: «El mayor bien que hacemos a los demás no es comunicarles nuestras riquezas, sino descubrirles las suyas». Ello supone que un educador sepa eclipasarse, saber ser todo y a la vez no ser nada».
(P. Morales, Forja de Hombres 107)
Sin embargo, también en esto se puede caer en reduccionismos y en simplificaciones demogógicas. Para que el educador pueda actuar como simple mediador, es preciso que en el educando se produzca la energía suficiente como para orientarse él mismo hacia el aprendizaje.
Se argumentará que ese es precisamente el arte que ha de dominar el buen maestro: motivar al niño o al joven para que se genere en él una tendencia al aprendizaje. Mas si las cuerdas del querer (voluntad) del educando no están bien templadas, es inútil la habilidad del violinista para arrancar las mejores melodías.
(Abilio de Gregorio, Por las huellas de la pedagogía del padre Tomás Morales)
Mirando al horizonte.
Los militantes de Santa María buscan la Verdad, el Bien y la Belleza en medio del mundo, los reflejos de la presencia de Dios, para llevar a sus semejantes al Amor, a la verdadera Vida.
Canción: «Mirando al horizonte» (taller de música, Campamento de Santa María de la Montaña 2010) (la podrás descargar próximamente)
Mirando al horizonte,
tu alma se abrirá…
al eco de los montes
que invita a caminar…
Llevando por el mundo
lo justo para andar
seremos savia joven
que grita MÁS Y MÁS.