En silencio, sin hacer ruido, Abelardo de Armas cumple un año más en manos de Dios.
Sus manos vacías encarnadas en su vida son el testimonio del amor incondicional de Dios a su criatura. Dios es fiel…, y qué gozo cuando el hombre permanece también fiel en esa alianza de amor que es la fe…
Santa María, ruega por Abe, ruega por los cruzados de Santa María…