Etiqueta: Dios

  • Impresiones de campamento Javier B.

    Impresiones de campamento Javier B.

    En este, que es mi segundo campamento, he descubierto que si nos lo proponemos, somos capaces de sacar a la luz lo mejor de nosotros mismos. Tal vez sea por eso por lo que todos quieren volver aquí un año más a sentir una experiencia única, a vivir en carne propia, aunque sea solo unos días, la verdadera bondad de la gente y lo que ello te aporta.

    Algunos dicen que son las personas; otros, que el lugar; otros, que la forma de vida. Yo digo que todo a la vez. El conjunto de todas estas cosas es lo que hace que campamento sea un lugar único en el que pasar las vacaciones y donde las renuncias que algunos han hecho para venir aquí SIEMPRE merecen la pena.

    Yo, por mi parte, dejo en el circo de Gredosmi corazón, en manos de la Virgen y en los brazos de Dios, para que sean ellos los que lo cuiden. Junto con mi corazón he ofrecido mi vida entera al Señor para que disponga de ella para lo que quiera. Sé que necesitaré ayuda para aguantar durante el curso, pero ayer vi una estrella fugaz y pedí un deseo…

    Si todo esto es lo que siento en tres años como militante no puedo alcanzar a imaginar lo que pasará por mi cabeza cuando cumplamos el centenario de esta institución que es, ha sido y será siempre ESCUELA DE VIDA.

    Javier B.

    17 años, Madrid

  • Impresiones de campamento de Miguel Ángel

    Estos 15 días han sido de aprendizaje personal y en familia (la escuadra), exterior e interior. Dos semanas de fortalecerse y superarse. Medio mes en donde se han hecho amistades, se ha meditado y acercado a Dios mediante la Virgen. Una experiencia de valores inolvidable y a repetir.

    Miguel Ángel

    Coruña

  • Impresiones de campamento de Ismael R.

    Para mí este campamento ha sido bastante especial. He tenido la suerte de poder hacer los compromisos a los pies de nuestra Madre, la Madre del santuario de Gredos. Esta es mi mayor impresión pues ha sido un golpe muy fuerte a la vez que agradable. Me he quedado impresionado también del buen ambiente, de la alegría de todo el mundo y de la satisfacción que sientes al acabar este campamento. Venía buscando más y lo he encontrado, aunque ahora aspiro a “¡más, más y más!”.

     Ismael R.

    15 años, Burgos

  • Impresiones de campamento de Juan Carlos R.

    Mentiría si dijera que este campamento ha sido como unas vacaciones pues no es que hayamos descansado mucho. Pero tengo la impresión de no estar cansado y de que el verdadero campamento empieza al final. Ahora comprendo lo que decían los más mayores al principio de que el campamento es una escuela para la vida. Es totalmente cierto. No sé si será por la altura de este pueblo o por las charlas y reflexiones que he tenido pero ahora me encuentro más cerca de Dios.

    También creo que debería decir algo de la escuadra. Es la mejor que me podría haber tocado pues no me han mentido en ningún momento sobre mi situación, es decir, cuando lo he hecho mal me lo han dicho y cuando lo he hecho bien no me han dicho nada pues es lo que tenía que hacer. Este campamento tiene la capacidad de cambiar la vida de las personas y yo soy testigo.

    Juan Carlos R.

    Salamanca

  • Jornadas semana santa 2012

    Del jueves 4 de abril al lunes 9 tuvimos las jornadas de Semana Santa, que como viene siendo costumbre desde hace ya algunos años, fueron en el seminario de Rozas de Puerto Real. Estuvimos militantes de todas las provincias, haciéndose notar especialmente Burgos y Madrid, ya que los responsables de las Jornadas, Dan, Dani D. y Enrique N., eran de ambos lugares. Les felicitamos por el inmenso trabajo que realizaron para que todo pudiese salir adelante.

    El primer día nos reunimos a la hora de comer, empezándose a formar, desde unas horas antes conforme iba llegando la gente, ese ambiente familiar tan característico. Posteriormente tuvimos la reunión inicial de jornadas, dividida por niveles, para dar comienzo de manera “oficial” a las jornadas. Después nos dirigimos al pueblo para participar en los oficios de Jueves Santo, con la  diferencia de que este año  presidían el padre Rafa y el padre Santiago, ya que el párroco Enrique tenía que atender otras parroquias.

    El resto de los días se sucedieron de manera similar al primero, cada uno de ellos con sus actividades correspondientes. Este año participamos con el pueblo en más actividades que otros de manera que estuvimos más cerca de la gente. Algunas de esas actividades fueron la gymkhana con los chavales del pueblo, organizada por Mario T. y Alberto B. Un partido de fútbol con los jóvenes del lugar, en el que la Milicia era comandada por su capitán Cristian R. y apoyada por el técnico de nutrición deportiva Luis María R. El partido estuvo igualado. Una visita a la residencia de ancianos. Y como colofón, un festival el domingo de Resurrección al que acudió gran parte del pueblo. Cabe destacar que también acudimos a la procesión de Viernes Santo, en la que no habíamos participado otros años.

    La vida en el seminario fue tranquila a la vez que intensa. Durante los días que estuvimos se sucedieron las distintas asambleas, unas por niveles y otras todos juntos, en las que aportamos lo mejor de cada uno.

    Para mí las jornadas son una de las actividades más importantes del año, ya que aparte de la conmemoración de la Pasión, me permiten hacer un balance de lo que está siendo el curso, ya que están “estratégicamente” situadas: un poco más adelante de la mitad de curso. Me sirven para analizar cómo está siendo mi vida  como militante, como estudiante, como hijo, etc. Así puedo darme cuenta de lo que estoy haciendo mal y buscar soluciones. El tener a disposición al jefe de Milicia, al guía, al director espiritual… todos ellos en un mismo lugar y en el mismo tiempo es una gran oportunidad para poder hablar y contarles tus inquietudes, tus miedos, tus proyectos…. Es un momento muy importante de reflexión y oración. Para mí, uno de los más importantes, espero que para vosotros haya sido tan importante como lo ha sido para mí.

    Carlos G., 18 años

  • Para finalizar el mes de mayo

    Para finalizar mayo quiero animaros a reflexionar sobre todas las gracias que nos ha dado la Virgen en este su mes.

    La Virgen madre nos ha acercado al padre de forma invisible, con sus manos transparentes, en las gracias de cada día.

    Nos llama a estar disponibles a todo.

  • Madre es el nombre que le dan a Dios los labios y los corazones de los niños.

    El domingo fue 25 de marzo, la Encarnación, cuya fiesta se trasladó ayer, pues el domingo de Cuaresma prima sobre otras fiestas.

    Hoy, solemnidad de la Encarnación. Hoy el ángelus (que podemos rezar ahora si no lo hemos hecho) se puede rezar de esta otra forma:

    El ángel del Señor anuncia a María /

    y concibe por obra y gracia del Espíritu Santo.

    (Ave María)

    He aquí la esclava del Señor /

    hágase en mí según tu palabra.

    (Ave María)

    Y el Verbo se hace hombre /

    y acampa entre nosotros

    (Ave María)

    (…)

    Y ahora, pensad en el minúsculo Zigoto Jesús… en el diminuto Embrión Jesús, creciendo… en el enanito Feto Jesús… seis, diez, veinte semanas… y por fin, en el pequeñuelo Niño Jesús.

    http://www.goear.com/listen/276d8f1/it-canacutet-rain-all-the-time-jane-siberry

    E imaginad este niño creciendo, y llamando «mamá» a María. Y ahí, en ese «mamá», están las primeras palabras que Jesusín dirigió a su Padre, a Dios Padre. «Mamá».

    Y os propongo que intentéis recordar vuestro primer recuerdo, alguno de los primeros… Cuando fuisteis conscientes de vosotros mismos por vez primera… «soy yo»… Y es un buen momento para dar gracias «por ser». «Soy porque Tú has querido, porque Tú me has querido…»

    ¿Cuáles fueron mis primeras palabras a Dios?… ¿Cuáles han sido mis últimas palabras a Dios?…

    «Madre es el nombre que le dan a Dios los labios y los corazones de los niños.»

    ¿Soy acaso yo un niño? ¿Deseo volver a ser un niño? Buen Jesús, ¿cómo me vuelvo niño?, ¿cómo vuelvo a nacer? Teresa de Lisieux, ¿cómo se logra?

    Pero ahora, que ya no soy un niño, que ya he crecido y soy maduro, ¿cómo te llamo, Padre? ¿Qué nombre te dan mis labios y mi corazón? He crecido y soy maduro… ¡¿cómo te llamo…?!

    Y el Verbo se hace hombre /

    y acampa entre nosotros…

    Alfonso B.

    Madrid

  • Contemplar la presencia de Dios.

    El domingo pasado fuimos a la montaña un grupo de militantes y cruzados. Realmente militantes fuimos dos. (Esperamos que la próxima vez se apunten más.) Cruzados fueron cuatro. Y luego vinieron dos personas más: un chaval de mi parroquia, Alejandro, y un hombre, Joel, que conocí la pasada Javierada.

    Subimos por la calzada romana de Cercedilla, y llegamos hasta el cerro Minguete. La subida al cerro fue con mucho viento, ¡qué frío! Pero fue la parte más hermosa. Los árboles tenían carámbanos en sus ramas, estaban llenas de hielo; como si alguien los hubiera hechizado. Y los troncos tenían chorretones de hielo pegados, desde el lado donde sopla el viento. Como si fueran trozos de cuarzo pegados a ellos. Muy, muy bonito.

    Y toda esta belleza, junto con las vistas, están ahí al alcance de quien quiera y pueda subir allá arriba. Está esperando a que alguien suba allá arriba, y disfrute de ella. Está esperando día y noche, lo mismo me entere yo como si no me doy cuenta.

    Cuesta subir, y cuesta mantenerse allí con el viento azotando…, pero merece la pena. Del mismo modo Alguien me espera en un sagrario, día y noche, a que yo llegue y disfrute de su presencia. A que le cuente mi día, a que vea su belleza con los ojos de la fe, y me admire de la grandeza de sus obras y, a través de ellas, de su grandeza. Y, sobre todo, de su bondad.

    No todos podrán subir al cerro Minguete, pero todos podemos subir a un sagrario, nuevo Sinaí donde Dios me espera.

    Alfonso B.

    (Madrid)