Etiqueta: Nueva evangelización

  • Jornadas de Semana Santa 2013 en Rozas de Puerto Real

    Exif_JPEG_PICTUREHan sido mis primeras Jornadas de Semana Santa en España. En Lima ya he ido tantas veces que no recuerdo el número, pero siempre han sido distintas unas de otras, pues el Señor hace las cosas nuevas siempre, y esta vez, definitivamente, no sería distinto. Cabe mencionar la importancia de la preparación previa, es decir, haber vivido la Cuaresma como Dios manda. Es una de las cosas que más me gusta de nuestra Iglesia, que es madre y maestra, y nos ayuda por medio de estos tiempos litúrgicos, a través de las lecturas y oraciones a meternos de lleno en los Misterios que nos invita a celebrar. Aunque creo que pude haber hecho más, me parece la viví mucho mejor que otros años, y se lo debo sobre todo a las actividades de la Milicia y a la ayuda que brinda la Residencia Universitaria de Écija en Madrid, donde actualmente vivo, siendo la oración de la mañana y el balance nocturno, claves en ese camino.

    Los de Madrid partimos el Jueves Santo a media mañana hacia Rozas del Puerto Real. Allí nos alojaríamos en el Seminario Menor de la Diócesis de Getafe, que nos lo habían dejado como en años anteriores. Al llegar nos recibió la lluvia, nada raro para la zona y por la temporada. Luego ya no nos dejaría, con excepción del sábado santo, día dedicado a la Virgen.

    Para mí fue una nueva experiencia en todo sentido, más allá de las causas obvias, como podrían ser el número de personas, el lugar, el clima (en Lima están en verano) o el país. Parece que  todo ello se ordenó para redescubrir algo que destaco después de vivir esta experiencia: “la alegría que trae el compartir la fe”. Me parece interesante mencionar que a pesar de ser de tan lejos y de no conocer a todos los militantes, en todo momento me sentí parte de una gran familia, y familia en el sentido más profundo de la palabra, donde uno es acogido no por lo que tiene sino por lo que es, y esto, me parece, se explica por el don de la fe.

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    Los paisajes que circundaban el Seminario, que se podían contemplar a pesar de la lluvia, eran bellísimos y me ayudaron para la oración más de una vez, me evocaba a las gracias espirituales que brindaba el Señor gratuitamente en esos días santos.

    En total fuimos unos cincuenta. Hubieron cuatro grupos de medias y dos de universitarios. Yo integré uno de estos últimos. Entre los grupos nos rotábamos las labores del servicio de cocina: servir, recoger y fregar, educativo cien por cien, la convivencia en el servicio siempre ayuda a salirse de uno mismo. La dinámica de actividades fue muy similar a  la que se tiene en Perú: Oración, estudio, deporte, bincas, asamblea del día, los Oficios por las tardes, con algunas variantes, pero de menor importancia. De las muchas actividades que tuvimos me quedaría con los Oficios con el pueblo y con la visita al alberge de ancianos de Rozas. En los Oficios fue nuestro grupo el que organizó prácticamente toda la Liturgia: el sacerdote, que ya conocía la Milicia de años anteriores, nos dejó que la llevemos. Fue también, por lo tanto, una experiencia de evangelización. La experiencia del alberge fue una excelente oportunidad de dar un poco de lo que estábamos recibiendo en estos días. Estas personas por su condición no podían participar de los Oficios, por lo que de algún modo pudimos llevarles en nosotros a ese Cristo que muere y resucita por amor a la humanidad.

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    Otra actividad fuerte fue la velada que tuvimos los universitarios, de jueves para viernes, haciendo turnos de oración de una hora. Esto fue también algo nuevo y muy provechoso para mí. En ella me vino una idea que me ayudó a vivir mejor las jornadas. No fue ningún descubrimiento, sólo fue una claridad nueva sobre una de las virtudes de la Virgen, quizá la más importante, la fe, y que luego tuve la oportunidad de compartirla con los demás durante los puntos de la oración del sábado por la mañana.

    Y me quedaría mucho por mencionar, las experiencias de las asambleas, la misión puerta a puerta el nada más llegar, el deporte, charlas de formación, el festival, etc., momentos que quedarán en el corazón, pero que han hecho que cada vez este más convencido del bien que hace la Milicia a la juventud, sea donde sea. Los jóvenes tienen sed de Dios, antes y ahora también. Veo lo que hace en mí y deseo lo mismo para todos esos jóvenes que esperan ansiosos un testimonio que encarne a Cristo resucitado, razón de ser de quien vive una Pascua inacabable.

    Eder F.

  • Feliz Navidad.

    BelénEl día que nació Jesús,

    se abrieron todas las puertas,

    el aire sopló fresquito

    la Vida llenó la tierra…

    ¿Acaso un mensaje que es Buena Noticia, le puede resultar al joven de hoy, algo irrelevante? ¿Puede dar miedo un Dios que se hace indefenso, que pide calor, un abrazo?

    Sembremos esperanza…, acerquémonos al portal de Belén con el traje de confiar un poco más, con una mirada sencilla, con un corazón vacío…, para que Él lo pueda llenar…

    Amigos, compañeros de instituto, universidad, equipo…, jóvenes de toda clase y condición, preguntarán: «¿Dónde vais?»

    Y sólo tendremos que responder: «Ven y verás…»

    [youtube=http://www.youtube.com/watch?v=AJ_IeyN2vAc]

    Y vendrán…

  • Impresiones de campamento 2012 Juan Carlos R.

    Este ha sido mi octavo campamento. Cuando era pequeño venía porque había que venir y me lo pasaba genial con las actividades. Cuando crecí un poco más seguía viniendo porque sí pero ya me enteraba de algo más y me lo pasaba aún mejor. Y ahora, un poco más mayor, vengo porque quiero, ya no tanto por las actividades que se hacen, que siguen siendo geniales. Vengo por la cosas que aprendo cada año que no son ni inglés, ni matemáticas, ni lengua…, si no de una asignatura de la que no hay muchos profesores, de la vida.

    Este campamento, si lo vives bien y metiéndote en tu rol, te dará el corazón.

    Juan Carlos R.

  • Impresiones de campamento 2012 Pablo M.

    Este campamento me ha gustado mucho por diversas causas:

    Para empezar, el tema de la escuadra. Al principio no me gustaba mucho, pasaba de ella y prefería estar con otros amigos. Al final, gracias a la ayuda de mis compañeros y, sobre todo, mi jefe, me he unido mucho a la escuadra y me lo he pasado muy bien con ella.

    Otra causa sería la ida a Gredos. Me asustaba al principio por lo largo de las marchas, pero al llegar me enamoró con todo su esplendor y me unió mucho a Él. La marcha la pintan muy dura y difícil pero acaba siendo lo mejor de campamento ya que el paisaje es precioso y es perfecta para reflexionar.

    La tercera causa son los fuegos de campamento. Estuvieron muy chulos. En ellos todo el mundo podía participar, lo que los hacía muy divertidos.

    Otra razón es el tiempo de oración. Es el tiempo más bonito. Me parecía muy entretenido y me unía mucho con Dios.

    La última causa serían las diversas actividades, muy ingeniosas y divertidas: juegos, fútbol, camel trophy, Aravallevisión… Estas actividades hacían todo el tiempo mejor.

    En conclusión, este campamento es genial por diferentes causas que lo hacen perfecto.

    Pablo M.

  • Impresiones de campamento anónimo

    Este campamento ha supuesto una transformación en lo que a nivel personal y espiritual se refiere. Los primeros días me resultaba muy difícil rezar siquiera un poco, poro gracias a las conversaciones con mi jefe de escuadra, el padre Rafa y sobre todo al balance y la meditación de la noche salgo de este campamento “convertido”, como nuevo cristiano con ganas de comerme el mundo.

    Doy gracias a la Virgen por este campamento, también a mi escuadra y a todos los que lo hacen posible. Ha sido un gran campamento: alegre, divertido. Con esfuerzo se consigue todo.

    Anónimo

  • Jornadas semana santa 2012

    Del jueves 4 de abril al lunes 9 tuvimos las jornadas de Semana Santa, que como viene siendo costumbre desde hace ya algunos años, fueron en el seminario de Rozas de Puerto Real. Estuvimos militantes de todas las provincias, haciéndose notar especialmente Burgos y Madrid, ya que los responsables de las Jornadas, Dan, Dani D. y Enrique N., eran de ambos lugares. Les felicitamos por el inmenso trabajo que realizaron para que todo pudiese salir adelante.

    El primer día nos reunimos a la hora de comer, empezándose a formar, desde unas horas antes conforme iba llegando la gente, ese ambiente familiar tan característico. Posteriormente tuvimos la reunión inicial de jornadas, dividida por niveles, para dar comienzo de manera “oficial” a las jornadas. Después nos dirigimos al pueblo para participar en los oficios de Jueves Santo, con la  diferencia de que este año  presidían el padre Rafa y el padre Santiago, ya que el párroco Enrique tenía que atender otras parroquias.

    El resto de los días se sucedieron de manera similar al primero, cada uno de ellos con sus actividades correspondientes. Este año participamos con el pueblo en más actividades que otros de manera que estuvimos más cerca de la gente. Algunas de esas actividades fueron la gymkhana con los chavales del pueblo, organizada por Mario T. y Alberto B. Un partido de fútbol con los jóvenes del lugar, en el que la Milicia era comandada por su capitán Cristian R. y apoyada por el técnico de nutrición deportiva Luis María R. El partido estuvo igualado. Una visita a la residencia de ancianos. Y como colofón, un festival el domingo de Resurrección al que acudió gran parte del pueblo. Cabe destacar que también acudimos a la procesión de Viernes Santo, en la que no habíamos participado otros años.

    La vida en el seminario fue tranquila a la vez que intensa. Durante los días que estuvimos se sucedieron las distintas asambleas, unas por niveles y otras todos juntos, en las que aportamos lo mejor de cada uno.

    Para mí las jornadas son una de las actividades más importantes del año, ya que aparte de la conmemoración de la Pasión, me permiten hacer un balance de lo que está siendo el curso, ya que están “estratégicamente” situadas: un poco más adelante de la mitad de curso. Me sirven para analizar cómo está siendo mi vida  como militante, como estudiante, como hijo, etc. Así puedo darme cuenta de lo que estoy haciendo mal y buscar soluciones. El tener a disposición al jefe de Milicia, al guía, al director espiritual… todos ellos en un mismo lugar y en el mismo tiempo es una gran oportunidad para poder hablar y contarles tus inquietudes, tus miedos, tus proyectos…. Es un momento muy importante de reflexión y oración. Para mí, uno de los más importantes, espero que para vosotros haya sido tan importante como lo ha sido para mí.

    Carlos G., 18 años

  • Jornadas de Semana Santa.

    A casi un mes de distancia, lo importante toma peso específico en la vida.

    Se recoge a continuación el testimonio de un militante que participó en las Jornadas de Semana Santa de este año.

    Este año, las Jornadas de Semana Santa han tenido lugar en Rozas de Puerto Real, aunque, al menos en mi caso, también han tenido lugar en mi corazón.

    Éste ha sido el primer año que he estado en Semana Santa con la Milicia y se nota. Cualquier grupo cristiano es perfecto para pasar estas fechas, mejor que no quedarse con los amigotes por ahí de fiesta en fiesta, mientras uno se pierde la FIESTA de la Resurrección del Señor.

    Sin embargo, he de confesar que tenía ganas de conocer las Jornadas de la Milicia, entre otras muchas razones, porque es un sitio ideal para fortalecer amistades y crear y establecer otras nuevas.

    Pero vayamos al grano, este año había un “doble objetivo”, puesto que además de vivir la Semana Santa como tal, se nos había encomendado la misión de vivirla conjuntamente con el pueblo donde estábamos. Para ello, los Oficios fueron en la iglesia del pueblo, así como compartimos tiempo en la procesión y el Rosario y la Vigilia del sábado con la gente del pueblo. En concreto, ese mismo día hubo una gymkhana para los niños, fútbol para los jóvenes, y una visita a los ancianos, también jóvenes de espíritu. Por último, durante la tarde del domingo de Resurrección, tuvimos un festival en el que salieron a relucir las mayores capacidades y destrezas de los militantes: canciones, monólogos y actuaciones…, que a todos nos proporcionaron un buen rato de diversión. Mediante todas estas actividades se buscó acercarnos al pueblo y, lo más importante, acercar más a Cristo Resucitado a aquella gente, a la cual no olvidaré nunca.

    Como grupo, las diversas asambleas y las comidas, así como las bincas que tuvieron lugar, ayudaron mucho a que los militantes tuviéramos la oportunidad de conocernos más a fondo, o incluso conocer a gente nueva, lo cual no está nada mal de vez en cuando.

    Además, uno de los temas centrales fue la organización del último trimestre del curso y la del curso que viene. Para ello, vimos por qué merecía la pena luchar (la respuesta pareció ser “para que el bien reine en este mundo, señor Frodo”), resaltamos el valor de la constancia (que es una virtud que suple muchas otras, pero no se suple con ninguna), ahondamos en el significado y función de la Nueva Evangelización y cómo nosotros podríamos evangelizar en función del tiempo verbal que utilizáramos (evangelizaba, evangelizo/amos, evangelice), y conocimos cómo la Virgen nunca nos abandona a lo largo de nuestra vida, sino que está ahí siempre para acompañarnos, como al Crucificado, hasta el final.

    Personalmente, estoy seguro de que Dios transmitió su mensaje a cada uno de los militantes que allí estuvimos, pero también se nos llamó a todos a la responsabilidad que tenemos como militantes y como cristianos, a “hablar descaradamente de Cristo” (Fernando Martín), a traer a los demás hacia Cristo y a despertar al resto de cristianos que están dormidos, como aquellos apóstoles en el Huerto de los Olivos, a quien Dios necesita para cumplir su voluntad y que “venga a nosotros su reino”.

    En este sentido,  se nos invitó a ser PARTE ACTIVA de la Milicia y de la Iglesia, ya que somos parte de ellas y les debemos mucho más de lo que nos imaginamos.

    Finalmente, se nos invitó a transmitir, propagar, contagiar, difundir… la alegría de la Resurrección a todos los nuestros, familia, amigos, o incluso desconocidos, para que todo el mundo sepa que ¡¡¡CRISTO HA RESUCITADO!!! por todos y cada uno de los seres humanos del planeta.

    Del mismo modo que, aunque al mirar a un crucifijo vemos a un Cristo inmóvil y estático, sabemos que su sangre sigue brotando y derramándose por toda la humanidad, también nosotros debemos hacer que la gente sepa que el alma del cristiano no es estática, sino que la Alegría de la Resurrección y la Vida que brota de ella, hacen de ella, el alma más feliz de la faz de la Tierra.

    Javier B., 17 años.

    Madrid.

  • Javierada 2012: una experiencia de Dios y de amistad

    En Navarra esta semana es una semana de fiesta. Es la semana del las javieradas. ¿Y qué son las Javieradas? Son dos peregrinaciones hasta el castillo de Javier, lugar de nacimiento de San Francisco Javier, el gran santo español. Miles de personas se congregan los dos fines de semana buscando su intercesión. Y para los militantes es un momento especial de encuentro con el Señor y con otros militantes.

    Este año no se acercaron ni de Madrid, ni de Burgos, ni de otros lugares para compartir esos dos días con nosotros, así que fuimos los militantes de Navarra en representación de toda la Milicia. Durante las semanas anteriores estuvimos invitando a residentes, conocidos… Al final no dio mucho resultado pero, como vimos más tarde, el Señor sabía muy bien a quien nos reunía. Y es que fue un momento muy entrañable de amistad.

    Salimos el sábado 3 de marzo desde Noain, un pueblo a las afueras de Pamplona, a las 9.45h. El primer tramo del camino lo realizamos con un rato de silencio para meditar qué era lo que íbamos a hacer ese día: una peregrinación. Sí ya lo he dicho, ahora bien, es importante saber que es una peregrinación: es un viaje hacia un lugar religioso por una intención especial. En este caso hay dos intenciones: buscar la conversión, es decir, reavivar nuestra vida de cristianos y pedir a San Francisco que nos haga gritar lo maravilloso que es ser cristiano, para que muchos se enteren. Después de haber estado en oración reflexionando sobre estas cosas, Alberto propuso que rezáramos un Rosario para pedir por todas aquellas personas que están a nuestro alrededor y que necesitan ayuda.

    Una vez terminados estos momentos tan fuertes de estar con el Señor, continuamos con otro más distendido para hablar, reír, abrir el corazón… Poco a poco se nos fueron uniendo otros menos valientes que no se habían atrevido a empezar desde Noain: José Mari, Rubén, P. Nacho, Carlos. Habíamos empezado cinco y cuando llegamos a Sangüesa estábamos nueve. Pero entretanto, hubo muchas horas de, simplemente, estar juntos.

    En Sangüesa, a donde llegamos sobre las 19.00h, nos esperaba un lavado de pies con agua caliente que todos agradecimos. Una vez que estábamos todo lo descansado que se podía estar después del día de caminata fuimos al concierto-oración de Betel, un grupo de música cristiana, en la Iglesia de los Capuchinos. Ese momento es una oportunidad de recoger el día y prepararse para el siguiente, en el que por fin llegaremos a Javier; de estar con el Señor a solas, sin importar que estás rodeado de gente, y de amarle un poco más.

    Nos levantamos temprano para desayunar y llegar puntuales al Vía Crucis, que saliendo de Sagüesa recorre los ocho kilómetros que hay hasta Javier. Es el momento que más me gusta de la javierada, quizás sea porque es el que más aprovecho: esos momentos de ir acercándonos ya a la casa del santo, meditando los últimos momentos de Jesús, con tanta gente que está viviendo lo mismo que tú… Es impresionante saber que la fe de muchos de ellos encuentra en esas dos horas luz para todo el año a través del perdón del Señor.

    Al terminar ya estábamos en la plaza frente al castillo, esperando a que comenzara la misa. Las lluvias anunciadas para la tarde del domingo nos sorprendieron entonces, haciendo que nos acordáramos de la aventura que vivimos en Cuatro Vientos este verano. Continuaron prácticamente hasta que nos volvimos a casa. Hubo un último momento de estar en familia cuando almorzamos refugiados bajo un árbol. Algunos que habían dormido en Pamplona llevaron café y leche calientes y aperitivos. Era el último toque a la javierada.

    Dan G., 19 años

  • Convivencias de Universitarios de la región Norte

    El fin de semana del 3 al 5 de febrero, los universitarios de la región Norte nos reunimos en el albergue de las clarisas de Belorado. La idea era tener un plan de autogestión, es decir, nos cocinábamos y demás nosotros solos, aunque hay que decir que las clarisas nos añadieron una importante reserva de comida.

    Llegamos el viernes por la tarde. Desde Navarra: Alberto, Emilio, Dan y Carlos y desde León: José Luis Acebes y yo. Mientras rápidamente empezamos a preparar la cena, se creaba ese clima de familia y amistad, uno de los principales, sino el más importante de los objetivos de estas convivencias. Y es que, la idea de la que surgieron estas convivencias era la de formar un grupo universitario en la región norte con lazos fuertes de amistad. Así que nosotros, obedientes,  empezamos a contarnos todas las novedades habidas y por haber desde la última vez que nos vimos, lo que supuso un cierto esfuerzo por parte nuestra. Pero qué importa eso si así creamos esos lazos de amistad, ¿o no? La jornada terminó con la proyección de unas fotos de una actividad realizada en el valle de Ordesa este verano por algunos de los que estábamos.

    El sábado tuvimos la oración de la mañana y la misa con las clarisas. Tras ese momento  nos enteramos de que dos de ellas, novicias, harían los votos la semana siguiente y en dos semanas respectivamente. Esto es algo por lo que rezar, por si acaso alguna vez se nos acaban las ideas, y a la vez debe ser motivo para sentirse agradecidos por las oraciones que desde ese convento se elevan al cielo pidiendo por la Milicia y la Cruzada.  Después de la misa y el desayuno y ante los copos que empezaban a caer, decidimos cambiar el plan inicial de salir al monte por un video fórum en torno al primer capítulo de la serie Te puede pasar a ti de Cotelo, autor de La última cima, que trataba sobre un pandillero al que poco a poco conquistó Dios. A lo largo del documental, el propio pandillero, ahora cura, nos cuenta sus vivencias, sin exagerarlas, pero sin ocultar nada tampoco. Recomiendo ver esta película a todos, sobre todo a los jóvenes pues tiene un formato muy atractivo y un buen trasfondo, cosa que nos permitió tener un fructífero intercambio de impresiones que acabo derivando, cómo no con un tema que aún ronda nuestras mentes: la JMJ y lo que supuso para nosotros. Posteriormente salimos a dar un paseo por los alrededores de Belorado, que estaban preciosos gracias al fino manto de nieve que había caído.

    Tras comer nos dirigimos a Santo Domingo de la Calzada, exceptuando a Dan y Emilio que tenían que estudiar. En el pueblo uno de los sacerdotes de la catedral, don Jesús, nos mostró parte de la catedral y de sus tesoros “ocultos”, puesto que aunque están a la vista de todos muchas veces no los apreciamos sin un mínimo de cultura. Esta visita nos dejó a todos asombrados y nos removió por dentro, puesto que no solo nos mostró figuras estatuas o relieves, sino el sentido que tienen al ser obras de alabanza a Dios y a la vez de catequesis, tanto en la época en que se construyeron como en la actualidad. En opinión de los que estuvimos este momento fue uno de esos regalos de la vida, puesto que en apenas hora y media, Don Jesús nos enseño la catedral con una pasión y ánimos que no se suelen ver en muchos guías de museos, nos contó muchas anécdotas referidas a las obras que hay ahí y como dato curiosos nos subió por la parte de atrás del retablo mayor.

    A la vuelta a casa, preparamos la cena y aprovechamos para darle envidia a Dan que, ironías de la vida, se había quedado estudiando Historia del arte, perdiéndoselo en vivo y en directo…

    El Domingo tras la oración y la misa desayunamos, momento en el que empezó a caer la nevada que luego salió por las noticias; razón por la cual decidimos terminar antes las convivencias, pero eso sí, a lo grande… a bolazos de nieve.

    El resumen un fin de semana de esos para repetir siempre que haya ocasión, puesto que el ambiente de amistad que hubo, hizo innecesarios grandes momentos o actividades. Lo que todos íbamos buscando en esas convivencias era rencontrarnos con amigos de siempre con tiempo para hablar y estar sin agobios además de volver a echarle ganas a la oración, al menos durante un finde, puesto que después en el día a día todos tenemos nuestros altibajos. Pero al reunirnos con amigos con los que compartimos creencias, las barreras que normalmente nos parecen muros de repente se convierten en calles asfaltadas y sorprendentemente el rato que normalmente es de morder el banco, se convierte en una conversación de tú a tú con el Señor.

    Mario T., 18 años