¡Oh María! Virgen Poderosa:
Tú, la grande e ilustre defensora de la Iglesia;
Tú, Auxiliadora admirable de los cristianos,
¡oh Madre!, defiéndenos en nuestras angustias,
en nuestras luchas y en nuestras necesidades;
líbranos del enemigo
y en la hora de la muerte llévanos al Cielo.
Amén.
Con estas palabras Don Bosco oraba a María auxiliadora. Él, gran protector y formador de los jóvenes nos dé fuerzas para dar testimonio de María en este mes de mayo, para que podamos buscar el bien de los demás jóvenes en nuestro día a día.