Etiqueta: Responsabilidad

  • Impresiones de campamento 2012 Carlos J.

    Este campamento ha sido distinto a los anteriores para mí ya que me tocó ser jefe de escuadra. Desde que me lo dijeron estaba ilusionado porque ser jefe de escuadra implica tener ciertas responsabilidades que me permitirían mejorar en la vida diaria. Así pues, fui al campamento con ganas, pero a su vez un poco triste ya que me perdía los Sanfermines. No obstante, mereció la pena.

    El día que llegué y me presentaron a mi tienda me llevé una alegría, pues conocía a casi todos. Además, ya habían estado en campamentos anteriores, por lo que no era necesario andar detrás suyo en todo momento porque sabían lo que debían hacer. Conforme pasaban los días nos llevábamos mejor y acabamos como una “piña”.

    Los días de la primera etapa, la de la responsabilidad (antes de ir al circo de Gredos), nos sirvieron para conocernos bien y me permitió observar los peligros que tendríamos allí. Así, en una reunión, hablé con ellos y les pedí cuatro cosas que nos ayudarían a no tener problemas en Gredos. Sin embargo, nunca pensé que la segunda etapa, la de reflexión (los días en Gredos) iba a ser tan buena. No sólo cumplieron con lo que les pedí sino que lo hicieron lo mejor posible siendo todo un ejemplo. Así en Gredos me ayudaron entre todos a llevar la tienda como pretendía.

    A la vuelta de Gredos comenzamos a estar más unidos que nunca. Les propuse analizar sus fallos para mejorar como personas, pero me fui desanimado en este aspecto porque me da la sensación de que podía haber hecho mucho más. Los últimos días en el campamento fueron una auténtica maravilla. Nunca olvidaré la noche en la cabaña que hicimos, ni el día de las olimpiadas.

    En resumen, este campamento me ha permitido mejorar como persona ya que el ser jefe he tenido más responsabilidad y me ha ayudado a tener más paciencia, ser más ordenado y puntual. Estas superaciones no hubieran sido posible sin la tienda tan buena que tuve. Ahora viene lo difícil, que es llevar todo esto a la vida real.

    Carlos Juan de Dios

    Pamplona

  • Impresiones de campamento 2012 Edgar

    Yo llegué a este campamento para asumir la tarea de jefe de escuadra en mi primer año. En un principio me pareció un tanto dura al no tener experiencia en el mismo, pero la admití encantado de poder servir a los demás e involucrarme de una manera más profunda en la vida del campamento que siendo un acampado más. De este modo, consciente de las responsabilidades que eso conllevaba, me prometí dar lo mejor de mí mismo en el campamento o, al menos, intentarlo.

    Lamentablemente tuve que perderme los días centrales del campamento debido a motivos externos. Lo lamenté profundísimamente perderme esos días, no tanto por divertirme yo, como por faltar a mi deber como jefe de grupo. No dejo de pensar en las cosas que habría podido hacer esos días, pero si Dios lo quiso así, sé que es por algo. En cualquier caso, los días que estuve allí aprendí muchísimo sobre mí mismo y sobre los demás, especialmente en lo que a liderazgo y educación se refiere.

    Espero ardientemente volver el año que viene y, así, poder seguir mejorándome a mí mismo para poder ayudar a los demás a mejorar.

    Edgar

  • Presentación de las impresiones del campamento de Santa María de la Montaña 2012

    Aún late en nuestros corazones el último fuego del campamento. Aquella noche de tertulia en la que recogíamos todas las vivencias anteriores. Pero no nos basta con que solo cincuenta personas sepan lo que sucedió en nuestra vida durante quince días. Queremos que lo sepa el MUNDO ENTERO. Por eso, desde este humilde instrumento, la página web de Milicia, le presentamos nuestras impresiones de campamento. Os agradecemos a todos los que habéis participado, aunque vuestra impresión no aparezca aquí, y os animamos a aprovechar esta oportunidad en que se nos muestra abierto el corazón de nuestra pequeña familia, para que otros, muchos, la conozcan. Que nadie de nuestro entorno se quede este verano sin conocer lo que la Milicia de Santa María es. Os dejamos con la primera impresión de campamento:

    Yo vine al campamento para mejorar en todos los aspectos de mi vida, tanto espirituales como en el día a día. También vine a hacer amigos y a aprender a aprovechar el tiempo.

    En el campamento se vive un estilo de vida que ayudado por charlas, asambleas, y sobre todo la Eucaristía te ayuda a descubrir tus defectos y virtudes. Lo que más me ha ayudado han sido las Eucaristías en Gredos alto por su profundidad espiritual y la belleza del paisaje. Gredos te hace ver tu defecto dominante a la vez que potencia tus virtudes.

    El campamento me ha ayudado, además, a vivir más y mejor mi amor a la Virgen María y a Cristo.

    Samuel G.

  • Impresiones de campamento de Juan F.

    Este campamento ha supuesto para mí un gran hito en mi juventud. Lo que más me ha gustado ha sido el ambiente y las personas, pues todo el mundo está alegre y contento y todos somos amigos de todos. Este campamento me ha ayudado mucho porque he tenido más responsabilidades que el año anterior. Otra de las cosas que más me han gustado ha sido la etapa de Gredos: las montañas, la naturaleza, dormir bajo las estrellas. Pero sobre todo, el silencio, estar cerca de la Virgen y convivencia con mi escuadra. Además, ha sido un campamento muy especial pues es el 50 aniversario de la Milicia de Santa María y la preparación para la Jornada Mundial de la Juventud. Me lo he pasado muy bien y espero volver el año que viene.

    Juan F.

    Cáceres

  • Impresiones de campamento anónimo

    Este campamento me ha abierto los ojos ya que al estar más distraído con cosas exteriores no he disfrutado de lo que estaba viviendo y ahora me arrepiento. Me he dado cuenta de la importancia de entender a otras personas y aprender a “soportarlas” y crear una mejor convivencia en el campamento. He aprendido como se puede amar de verdad a una persona aceptando sus defectos y aprendiendo de sus virtudes. He encontrado mis límites y descubierto mis defectos. He aprendido también cómo se pueden corregir. Ahora me queda insistir en corregirlos.

    Este año ha sido duro por lo que no tenía muchas ganas de seguir en la Milicia, pero después de este campamento no me arrepiento de haber venido y de haber perseverado. Un saludo y una invitación a venir a este campamento.

    Anónimo

    16 años

  • Impresiones del campamento de Santa María 2011

    Durante este mes de junio os iremos ofreciendo algunas de las impresiones del campamento del año pasado. Queremos que sirvan como medio para ir calentando el corazón de cara al próximo, que empieza en menos de un mes. No dejemos caer en saco roto esta oportunidad de dar a conocer la vivencia profunda que tenemos durante esos quince días que puedan animar a otros a asistir. Aquí os dejamos con la primera:

    Doy gracias a Dios por esta segunda vez que me da la oportunidad de participar en este campamento. Aquí no solo me lo he pasado muy bien y he hecho buenos amigos sino que además he aprendido grandes valores como el esfuerzo, la superación, el compromiso, la alegría frente a la adversidad, el valor del deporte y el trabajo en equipo.

    Aunque realmente lo mejor del campamento es siempre el amor a la Virgen que los Cruzados nos transmiten. Nos enseñan a tratarla como a una madre, confidente y amiga. Ella es el centro y la causa de este campamento y el modelo de vida de todo militante.

     Francisco P.

    19 años, Valladolid

  • Convivencias de Universitarios de la región Norte

    El fin de semana del 3 al 5 de febrero, los universitarios de la región Norte nos reunimos en el albergue de las clarisas de Belorado. La idea era tener un plan de autogestión, es decir, nos cocinábamos y demás nosotros solos, aunque hay que decir que las clarisas nos añadieron una importante reserva de comida.

    Llegamos el viernes por la tarde. Desde Navarra: Alberto, Emilio, Dan y Carlos y desde León: José Luis Acebes y yo. Mientras rápidamente empezamos a preparar la cena, se creaba ese clima de familia y amistad, uno de los principales, sino el más importante de los objetivos de estas convivencias. Y es que, la idea de la que surgieron estas convivencias era la de formar un grupo universitario en la región norte con lazos fuertes de amistad. Así que nosotros, obedientes,  empezamos a contarnos todas las novedades habidas y por haber desde la última vez que nos vimos, lo que supuso un cierto esfuerzo por parte nuestra. Pero qué importa eso si así creamos esos lazos de amistad, ¿o no? La jornada terminó con la proyección de unas fotos de una actividad realizada en el valle de Ordesa este verano por algunos de los que estábamos.

    El sábado tuvimos la oración de la mañana y la misa con las clarisas. Tras ese momento  nos enteramos de que dos de ellas, novicias, harían los votos la semana siguiente y en dos semanas respectivamente. Esto es algo por lo que rezar, por si acaso alguna vez se nos acaban las ideas, y a la vez debe ser motivo para sentirse agradecidos por las oraciones que desde ese convento se elevan al cielo pidiendo por la Milicia y la Cruzada.  Después de la misa y el desayuno y ante los copos que empezaban a caer, decidimos cambiar el plan inicial de salir al monte por un video fórum en torno al primer capítulo de la serie Te puede pasar a ti de Cotelo, autor de La última cima, que trataba sobre un pandillero al que poco a poco conquistó Dios. A lo largo del documental, el propio pandillero, ahora cura, nos cuenta sus vivencias, sin exagerarlas, pero sin ocultar nada tampoco. Recomiendo ver esta película a todos, sobre todo a los jóvenes pues tiene un formato muy atractivo y un buen trasfondo, cosa que nos permitió tener un fructífero intercambio de impresiones que acabo derivando, cómo no con un tema que aún ronda nuestras mentes: la JMJ y lo que supuso para nosotros. Posteriormente salimos a dar un paseo por los alrededores de Belorado, que estaban preciosos gracias al fino manto de nieve que había caído.

    Tras comer nos dirigimos a Santo Domingo de la Calzada, exceptuando a Dan y Emilio que tenían que estudiar. En el pueblo uno de los sacerdotes de la catedral, don Jesús, nos mostró parte de la catedral y de sus tesoros “ocultos”, puesto que aunque están a la vista de todos muchas veces no los apreciamos sin un mínimo de cultura. Esta visita nos dejó a todos asombrados y nos removió por dentro, puesto que no solo nos mostró figuras estatuas o relieves, sino el sentido que tienen al ser obras de alabanza a Dios y a la vez de catequesis, tanto en la época en que se construyeron como en la actualidad. En opinión de los que estuvimos este momento fue uno de esos regalos de la vida, puesto que en apenas hora y media, Don Jesús nos enseño la catedral con una pasión y ánimos que no se suelen ver en muchos guías de museos, nos contó muchas anécdotas referidas a las obras que hay ahí y como dato curiosos nos subió por la parte de atrás del retablo mayor.

    A la vuelta a casa, preparamos la cena y aprovechamos para darle envidia a Dan que, ironías de la vida, se había quedado estudiando Historia del arte, perdiéndoselo en vivo y en directo…

    El Domingo tras la oración y la misa desayunamos, momento en el que empezó a caer la nevada que luego salió por las noticias; razón por la cual decidimos terminar antes las convivencias, pero eso sí, a lo grande… a bolazos de nieve.

    El resumen un fin de semana de esos para repetir siempre que haya ocasión, puesto que el ambiente de amistad que hubo, hizo innecesarios grandes momentos o actividades. Lo que todos íbamos buscando en esas convivencias era rencontrarnos con amigos de siempre con tiempo para hablar y estar sin agobios además de volver a echarle ganas a la oración, al menos durante un finde, puesto que después en el día a día todos tenemos nuestros altibajos. Pero al reunirnos con amigos con los que compartimos creencias, las barreras que normalmente nos parecen muros de repente se convierten en calles asfaltadas y sorprendentemente el rato que normalmente es de morder el banco, se convierte en una conversación de tú a tú con el Señor.

    Mario T., 18 años

  • Amar, conquistar, reparar…

    Amar, conquistar, reparar…

    ¿Cómo permanecer inerte ante la condenación de tantos jóvenes? ¿Quién será capaz de guardar y no compartir un tesoro como es la fe, y la experiencia del Amor sanador de Dios?

    El drama del devenir eterno de tantos jóvenes y personas ya adultas, con las que un militante se codea diariamente, le plantea una pregunta: ¿Qué está a mi alcance, en qué puedo colaborar para la salvación de la juventud, de la humanidad?

    Cuando se ha conocido el Corazón de Cristo, un Corazón del que mana agua y sangre, atravesado por la indiferencia humana… es difícil conciliar el sueño si la vida entera no se gasta en corresponder a semejante Amor.

    Y brota del fondo del alma un grito pacificado por la larga preparación de un crecimiento en silencio, el de la vida de Nazaret. Un crecimiento hacia adentro, que no se ve, pero que se deja notar como una novedosa presencia, que ahonda en el corazón del hombre, desvela los secretos del alma humana. Un grito pacificado que mueve a entregar la vida en medio del mundo, transmitiendo Vida, mostrando el camino a tantos hermanos que viven como si Dios no existiera. Mostrándoles el camino de vuelta a la felicidad, si es que quieren vivir otra vez…

    La Milicia de Santa María vibra con la Iglesia, la ama como Madre, busca la obediencia a sus sabias indicaciones, y sale a la calle vestida de payaso, de romano o de esclavo…, de aquello que el Amor a Cristo le mueva a hacer, pero todo por la salvación de las almas… Porque le urge amar, conquistar, reparar el Corazón de Cristo…

    El martirio del militante consiste en vivir constantemente con la herida en el corazón de la incredulidad de sus coetáneos, ofreciendo no cosas, ni actividades, ni renuncias, ni sacrificios…, sino la propia vida, por la salvación del cupo de almas que Dios le ha confiado desde toda la eternidad.

    La llamada apremiante del Papa Benedicto XVI encuentra eco en los cruzados y militantes de Santa María: ¡Nueva Evangelización…! ¡… al estilo de María!

    Quien intente hoy día hablar de la fe cristiana […]  es probable que en seguida tenga la sensación de que le pasa lo mismo que a aquel payaso y la aldea en llamas.

    En un país (España), un circo fue presa de las llamas. Entonces, el director del circo mandó a un payaso, que ya estaba listo para actuar, a la aldea vecina para pedir auxilio, ya que había peligro de que las llamas llegasen hasta la aldea, arrasando a su paso los campos secos y toda la cosecha. El payaso corrió a la aldea y pidió a los vecinos que fueran lo más rápido posible hacia el circo que se estaba quemando para ayudar a  apagar el fuego. Pero los vecinos creyeron que se trataba de un magnífico truco para que asistiesen los más posibles a la función; aplaudían y hasta lloraban de risa. Pero al payaso le daban más ganas de llorar que de reír; en vano trató de persuadirles y de explicarles que no se trataba de un truco ni de una broma, que la cosa iba muy en serio y que el circo se estaba quemando de verdad. Cuanto más suplicaba, más se reía la gente, pues los aldeanos creían que estaba haciendo su papel de maravilla, hasta que por fin las llamas llegaron a la aldea. Y claro, la ayuda llegó demasiado tarde, y tanto el circo como la aldea fueron pasto de las llamas.

    Ésta es la situación de los apóstoles modernos. En el payaso, que no es capaz de lograr que los aldeanos escuchen su mensaje, vemos la imagen del apóstol, a quien nadie toma en serio si va por ahí vestido con los atuendos de un payaso medieval o de cualquier otra época pasada. Ya puede decir lo que quiera, pues llevará siempre la etiqueta del papel que desempeña. Y por buenas maneras que muestre y por muy serio que se ponga, todo el mundo sabe de antemano lo que es: ni más ni menos que un payaso.

    El que quiera predicar la fe, y al mismo tiempo sea suficientemente autocrítico, pronto se dará cuenta de que no es una forma o una crisis de vestidos la que amenaza la fe en nuestro mundo.

    Me atrevería a decir, que en realidad, la fe, por moderna que se vista y por muchos coloretes que se quite, suscita sólo una esperanza que no deja de ser ingenua.

    Y sin embargo, la fe, hoy como siempre, sigue siendo una decisión que afecta a la profundidad de la existencia, un cambio continuo del ser humano al que sólo se puede llegar mediante una resolución firme.

    (Joseph Ratzinger. Introducción al cristianismo)

  • Responsabilidad con mis riquezas.

    «Sus riquezas han quedado bloqueadas, improductivas por mi falta de responsabilidad.»

     (P. Morales, S.J., Ovillo de Ariadna)

    Hemos nacido y crecido con unos dones, dones  necesarios para  ser «su testigo». Por lo que hemos de plantearnos la utilidad que los damos: ¿ cómo hacemos crecer todas esas cosas buenas que tenemos?  Y nuestras capacidades, ¿hacen vislumbrar el Reino de Dios?

     Ser responsables es esto: hacer crecer nuestras capacidades para que el Reino de Dios se haga presente.



    Para más información:    Mateo 25,14-30.