Categoría: Inmaculada

  • ¡QUÉ POQUITA COSA!

    ¡QUÉ POQUITA COSA!

    Cuántas veces me veo sentado en el banco de la iglesia, después de misa o de mi rato de oración, intentando “apretar” y hacer una oración buena, esforzándome por convencerme a mí mismo de que voy a darme entero, esta vez sí, a tope. Esforzándome por darme cuenta realmente que al que tengo delante, o dentro de mí, es al mismo Dios, no sólo es un dios, ¡es Dios! Esforzándome por sentirle realmente, por caer en la cuenta de su presencia viva en mi interior, que nunca estoy solo. Pero nada, la cabeza me hace “¡pop!”, lo único que consigo es que la oración me agote mentalmente y sentirme un cateto cuando la vuelvo a liar después de haberle dicho que soy todo suyo. ¿Os pasa también? Esto puede acabar por llevarte a no disfrutar de la oración, a cansarte y convertir ese rato que debería ser de descanso, en un momento de frustración general. ¡Yo quiero sentir y estar cerca de Él, pero no hay forma! Como me canso mentalmente la cabeza se me va, me pongo a pensar en cuánto me queda para que se me acabe el tiempo de oración que había pensado, en qué podría estar haciendo que me urge mientras pierdo el tiempo aquí…, etc.

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    Esto nos puede llevar a acabar renunciando a la oración y convertirla en otra obligación más en mi lista de “Cosas que debo hacer hoy”, no en un rato entre amigos. Sin embargo, este sentimiento puede ser la clave para darle un backflip a la situación. Jesús dijo a san Luis rey de Francia: ‹‹ ¡Tú querrás orar como un santo, y yo te invito a orar como un pobre!››.

    Es normal que tengamos días de oración sabrosa y dulce, y otros que sean más áridos. No es problema, es oración igualmente, lo importante y que va tallando el corazón es la fidelidad a la oración. Sin embargo, estas dificultades que encontramos nos ayudan a darnos cuenta de nuestra pobreza, de que en realidad por nosotros mismos no podemos siquiera hacer un rato de oración decente; y esta pobreza nuestra nos lleva a la humildad. Y la humildad es el punto flaco de Dios. La humildad, unida a la esperanza, “obliga” al corazón de Dios, Él encuentra en ese corazón necesitado un lugar donde poder actuar abiertamente. Así que no nos apaguemos porque nuestra oración no nos haga levitar, ofrezcamos con humildad nuestro rato de oración, sabiendo que ni siquiera eso podemos hacerlo solos, sino que es Él quien toma la iniciativa.

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    A mí me ayuda entrar a la oración con el sentimiento en el corazón de: “Señor, vengo este rato a estar contigo porque necesito de ti. Salga como salga la oración, yo vengo a estar contigo porque quiero serte fiel”. Luego leo un texto o medito el evangelio, y dedico a la oración el tiempo que haya hablado con mi guía espiritual. Y si salgo de la iglesia igual que he entrado, entonces es que debe ser así. Ofrezco al Señor todo lo que puedo dar, de esta forma le doy todas las opciones para que Él tenga plena libertad para obrar en mí. ¿Hemos hablado ya con el guía espiritual entonces de cuánto tiempo sería el ideal para nosotros de oración?

    Santa Teresa de Jesús dijo: ‹‹Sabe el traidor que el alma que tenga con perseverancia oración la tiene perdida, y que todas las caídas que la hace dar la ayudan, por la bondad de Dios, a dar después mayor salto en lo que es su servicio››. Dice también Marthe Robin: ‹‹Quiero ser fiel, muy fiel a la oración cada día, a pesar de las sequedades, los aburrimientos, los disgustos que pueda tener… ¡a pesar de las palabras disuasorias, desanimantes y amenazantes que el demonio pueda repetirme!… En los días de turbación y grandes tormentos me diré: Dios lo quiere, mi vocación lo requiere, ¡eso me basta! Haré la oración, me quedaré todo el tiempo que me han prescrito en oración, haré lo mejor que pueda mi oración, y cuando llegue la hora de retirarme me atreveré a decir a Dios: Dios mío apenas he rezado, apenas he trabajado, poco he hecho, pero os he obedecido. He sufrido, pero os he mostrado que os quería y que quería amaros››.

    ¡Buah! ¿Tú también te mueres de ganas de volver a la capilla?

     

    D.D. (22 años)

  • ¿Te vienes?

    ¿Te vienes?

     

    #ventealaVigilia

  • ¿MILITANTE?

    ¿MILITANTE?

    Se acerca. Se nota. Se siente. Está en el ambiente. El corazón se acelera y el pulso aumenta. Sí, estamos llegando a la fiesta, al día, al 8 de diciembre de 2017. Se acerca la Inmaculada y nosotros vivimos estos días con una expectación creciente en plena campaña.

    Una de las cosas importantes para preparar este día que todos deseamos es hacernos conscientes de todo lo que Ella nos ha dado y, para algunos de nosotros, Ella nos ha regalado la oportunidad de ser Militantes de Santa María, sus hijos. Precisamente por esto os invito a reflexionar sobre qué es un militante.

    Es una pregunta que nos han hecho muchas veces en Milicia. Es una de esas preguntas que se suelen poner al inicio de una asamblea y a la que se dan muchas veces las famosas “respuestas de manual”. Creo que debe de haber un capítulo en el “Manual del Militante” que se llame “Respuestas posibles a preguntas típicas” y, en algún punto, debe venir esta. ¿No es triste?

    Y es que es una pregunta que, si no le damos respuesta clara, corremos el riesgo de convertir el “Por Cristo, por la Virgen, por la Iglesia: ¡más, más y más!” en un mero grito de batalla, en un cántico como el de los fanáticos de un equipo de fútbol, en una exclamación que hace piña pero que no nos conforma, no nos “hace con”, un grito que despelleja la garganta pero que en el fondo no significa más que un recuerdo.

    Tras mucho pensar, me he atrevido, desde mi experiencia, a darle una respuesta. Que me perdonen el P. Morales o Abe si he metido la gamba en algún lado.

    ¿Qué es un militante?

    Un militante es un hombre débil que tiene el corazón puesto en Cristo y los ojos fijos en la Inmaculada.

    Un militante es un militante, parecerá una obviedad, pero no lo es. Un militante no es militante si no forma parte de un grupo, de una familia, de la Milicia. Porque no se puede ser militante sin hermanos militantes, no se puede ser un lobo solitario, un caballero andante sin casa ni hogar donde reposar. No se puede, porque dura dos telediarios, ser militante sin otros a tu lado, humana o espiritualmente. Se nos podrán encargar misiones que debemos recorrer solos, cierto, pero no se nos puede pedir que las llevemos a cabo sin, al menos, la oración de nuestros hermanos cubriéndonos la espalda. Somos familia, nos une el Amor, el Amor de Cristo en la Cruz, que nos dio a su Madre por Madre Nuestra. Y podrán separar kilómetros a un militante del hogar más cercano que no puede ser militante sin ser militante, sin familia. Porque el hogar está donde está la Madre.

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    Un militante es un hombre (que la rama femenina saque su propia definición), un hombre formado en la medida de sus necesidades, un caballero. Es un hombre en el mayor sentido de la palabra, un ser humano que Dios ha creado a su imagen y semejanza. No más que los otros hombres, pero sí uno más de los Hijos de Dios. Es un caballero con las mujeres, exquisito si se lo exige la situación y pilar fuerte si las circunstancias lo requieren. Es un soldado, uno de los pretorianos de Nuestro Señor, la élite de las fuerzas de Santa María en este mundo. Dispuesto a las más duras batallas, aún a sabiendas de que sólo nos las gana. Y que se juega la vida por el honor de su Señor, a un militante no le es indiferente que se calumnie a Cristo delante suya. Un hombre que reconoce la valía de una mujer y la respeta como compañera que Dios le ha dado en este mundo. Un militante es un hombre.

    Un militante es un hombre débil, y lo debe reconocer. Muchas veces se nos sube a la cabeza el “soy militante” y solemos olvidar que el “subir bajando” es núcleo esencial de nuestro carisma. Un militante es de carne y hueso, si se le pincha sangra, como a todo quisqui. Somos débiles, sencillos, torpes, cojos y mancos, no valemos para mucho -para qué nos vamos a engañar-. Y el problema no es que lo seamos, que las circunstancias se imponen muchas veces, sino que debemos reconocer que lo somos, que ya nos cuesta más. Somos hombres que no se ganan la santidad a pulso, que no dan el asalto al Cielo, que no escalan su propio crecimiento. Somos hombres curtidos en la dureza de la roca de Gredos, que enseña que, para que la hierba brote, la roca ha de agrietarse y resquebrajarse por nieves y hielos hasta dejar pasar el agua. Un militante lucha, sí, pero “no se cansa nunca de estar empezando siempre” porque sabe que es débil y que su salvación no se la va a ganar él. Un militante es débil.

    Un militante es un hombre débil que tiene el corazón puesto en Cristo, que no vive a medias tintas, que está enamorado de su Señor. Cada día le dedica un rato, como al mejor amigo, y le cuenta sus penas y alegrías, sus luchas y defectos, sus conquistas y sueños. Descansa en Cristo, en su Señor. Que echa en falta cada día que pasa sin recibir la Eucaristía, que se seca si no le regala el día a su Señor en el ofrecimiento de obras. Un militante hace todo por Amor, con mayúscula, da la vida por Amor al que por Amor le dio su Vida. Un militante es un hombre débil que tiene el corazón puesto en Cristo.

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    Y un militante es un hombre débil que tiene el corazón puesto en Cristo y los ojos fijos en la Inmaculada. Porque no vive sin su Madre, porque aprende todo de Ella, porque sólo Ella le anima a caminar, sólo Ella es su fe y su esperanza. Porque Ella desde Gredos le enseña a resistir nieves y hielos escondida en la roca del Amor; porque Ella desde el Cielo le enseña, como la Inmaculada, a ser todo y sólo de Dios; porque Ella le enseña, como Madre, a vivir en su vida el plan que Dios ha trazado para cada uno de sus militantes. Le enseña a confiar, aunque parezca que es imposible, a decir “hágase” cuando no entiende nada y sólo ve oscuridad. Le enseña a permanecer, a “estar”, contra viento y marea, cuando todo parece caer. Sólo ante Ella ofrece su vida en los compromisos, sólo ante Ella y su Señor dobla la rodilla, sólo de su mano sube a la santidad bajando, peldaño a peldaño, la escalera de la humildad. Un militante sólo es militante si es de Santa María, y allá donde se le rinda culto a Su Madre un militante es feliz, y allá donde esté le rendirá honor a Su Señora, al orgullo de su pueblo, a la Toda Santa. Un militante tiene los ojos fijos en la Inmaculada y su pureza es modelo y esperanza para su fe.

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    Un militante es un hombre débil que tiene el corazón puesto en Cristo y los ojos fijos en la Inmaculada.

    Quizás me he explayado en exceso, diréis, y razón no os falta, porque esto no se escribe, ni se dice, se vive. Y qué mejor ocasión para vivirlo que estos días, esta preparación constante para la fiesta de nuestra Madre. Que vivamos y preparemos el corazón para el 8 de diciembre y que así, poco a poco, nos acerquemos cada día más a la santidad en medio del mundo y, si Dios quiere, a la eternidad.

     

  • YA ESTÁ AQUÍ      #Inmaculada’16

    YA ESTÁ AQUÍ      #Inmaculada’16

    ¡Qué viene! ¡Qué viene! Madre mía, llega el día más esperado de todo el año para todos los que estamos enamorados de la Virgen y por supuesto, para el Movimiento de Santa María. Somos su movimiento, Ella nos guía y Ella nos acompaña en todo.

    Llevamos un mes preparándonos para esta gran fiesta, porque lo es. Comenzamos con una noche de oración, seguido de dos días pegando carteles por las calles de Madrid de la Vigilia de la Inmaculada (además de los que cada miembro del movimiento ha ido pegando por su barrio, en la universidad, en el metro…). Acompañamos, también, a nuestro pastor, Carlos Osoro, en la Almudena. Y terminamos nuestra preparación como grupo con un retiro espiritual, en el que nos invitaron a darlo todo por Cristo. Todo esto como grupo, como familia, y los chicos jóvenes como militantes.

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    Tan sólo nos quedan dos días para pasar un rato junto a la persona más bella de este mundo, junto a Aquella que vivió sin pecado, junto a Aquella que tiene ojos misericordiosos (como decía algún militante). Quiero decir que, ¡todavía nos queda tiempo para preparar nuestro Corazón! Todavía, tenemos tiempo para arder de amor por ella, y hacer que otros ardan también.

    Dicen que la vida es maravillosa, los católicos matizamos: “Es maravillosa si la vives a su lado, al de la Virgen”. Por ello, le pedimos que Ella nos enamore de su Hijo, pues es el único que puede completar nuestra vida y hacerla perfecta.

    Hoy, nos acordamos especialmente de Abelardo. Él fue quien fiado de María comenzó estas vigilias en la ciudad de Madrid el siglo pasado, simplemente para dar a conocer su amor a Jesucristo y a la Virgen, y el amor incondicional que ellos nos tienen a nosotros. Y también para movilizar a todos los laicos a ser cristianos comprometidos, a jugarnos la Vida por el Evangelio, a pasar de ser simples seguidores de otros y ser líderes, a entregarnos a los demás…¡A vivir con radicalidad el evangelio, el seguimiento de Jesús!

    En el mundo de hoy, la gente es fanática de su equipo de fútbol, de un partido político… Pues, que nosotros también nos hagamos fanáticos de Cristo, pero con una pequeña diferencia: esa radicalidad la vivo yo y con el resto misericordia, entrega, comprensión, sin imponer nada…simplemente, mostrándoles quién es Cristo y lo que hace cada día por cada uno de ellos.

    ¡Nada más! Nos vemos el miércoles por la noche en las distintas vigilias que se celebran en todas las ciudades de España, así que no hay excusa para no asistir y pasar un rato con Aquella que nos mira con ternura siempre, siempre.

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    Pd: Los militantes al acabar nuestro retiro hicimos un grito, que nos invita a salir de nosotros mismos y entregarlo todo al servicio de la Iglesia, de Dios y de la Virgen. Os animamos a que os lo grabéis en el corazón y os acompañe en estos días:

    Por Cristo, por la Virgen, por la Iglesia: «Más, Más y Más»

     

  • Ya está Aquí  #Campaña16 #Inmaculada

    Ya está Aquí #Campaña16 #Inmaculada

    Ya ha comenzado la preparación para el gran acontecimiento de la solemnidad de la Inmaculada Concepción, en honor a nuestra Madre: la Campaña de la Inmaculada.

    Las Campañas son “momentos fuertes” que procuramos vivir todos juntos dentro de la Iglesia, y especialmente, dentro del Movimiento de Santa María para ahondar en nuestra vida de fe y en la fidelidad a la llamada del Señor. En ellas se va produciendo una reforma personal renovada, ofrecida al Señor, como María, “para que las almas tengan vida y la tengan en abundancia”.

    Ella es modelo de nuestra entrega, de nuestra fe, de nuestra vida. Por eso vamos a prepararnos viviendo intensamente esta CAMPAÑA DE LA INMACULADA.

    El Padre Morales (fundador de los Cruzados de Santa María) resume la campaña en esta frase que nos remueve por dentro y nos invita a conquistar el mundo para Ella, la Virgen: «ARDER EN AMOR A LA VIRGEN Y HACER ARDER A LOS OTROS». Hacer que nuestros compañeros, amigos, familiares ardan con el tesoro que hemos encontrado, con la verdad experimentada que da sentido a nuestra vida. ¡No es una idea, es una Persona!

    Por otro lado, la campaña nos invita a vencer en mí y enseñar a vencer el defecto dominante para hacerme como María, otro Cristo en la tierra, que es igual a “ser cristiano”. Objetivo simplón a primera vista, pero ¡qué difícil resulta vencerse en lo grande si no te has ejercitado en lo pequeño! Por lo tanto, pereza, vanidad, etc., son cosas que entran con facilidad en esta campaña hecha para los pequeños.

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    Es decir, es un tiempo para salir de nuestra comodidad, de volver a ponernos en el camino de la fe, de convertirnos en verdaderos amigos de Jesús, de anunciarlo y defenderlo siempre, entregándolo todo… ¡Hasta el final!

    Un consejo final para vivir esto: “Las grandes batallas se ganan de rodillas ante Dios”. Ahí tenemos la guía práctica que con su gracia nos permitirá pasar de ser simples creyentes, a vivir por y para Él.

    ¡POR CRISTO, POR LA VIRGEN, POR LA IGLESIA!

    MÁS, MÁS Y MÁS

    Os dejamos el folleto de la Campaña:Folleto Campaña de la Inmaculada ’16

     

     

  • INMACULADA CONCEPCIÓN

    INMACULADA CONCEPCIÓN

    Tan sólo un día para el cumpleaños de nuestra Madre. Mañana es 8 de Diciembre, día de la Inmaculada Concepción y su Milicia se prepara para esta fecha tan señalada.

    Probablemente sea uno de los días más especiales para la Institución y para cada uno de los que formamos parte de ella. Y por ello, no queremos que sea un día más…

    Cuando es el cumpleaños de nuestra madre es un día especial. Hay comida rica, regalos, se reúne la familia…Eso es lo que vamos a hacer nosotros: reunirnos entorno a ella, nuestra Madre y nuestra Guía.

    Para ello, el día 7 (hoy) a las 21:00 la Virgen te espera en la Parroquia de Santa Teresa y San José, Padres Carmelitas. Va a ser una celebración por todo lo alto en la sala donde empezamos con aquellas primeras vigilias en Plaza España, Madrid.

    Durante la vigilia, tendremos testimonios, confesiones, rosario, y sobre todo la oportunidad de encontrarnos con Él.

    Acuérdate de traer las alegrías del último año para dar gracias y celebrarlas junto a Ella, y sobre todo los problemas y peticiones con los que necesites que te eche un cable.
    Que siempre le decimos de «a ver si quedamos» pero luego nada.
    Te espero con gran alegría la noche del 7 de diciembre a las 21.00h.
    ¡Nos vemos allí!

    Pd: Esta vigilia se hará también en Burgos (a las 22:00 en C/ Azorín, 2 (09005) – Burgos en la Residencia de las Hermanas Angélicas); Pamplona; Cáceres…