Yo, también, desde el primer momento de mi elección como Sucesor de San Pedro, me he sentido siempre sostenido por vuestras oraciones y por la oración de la Iglesia, sobre todo en los momentos más difíciles, os agradezco de corazón.
El Papa Benedicto XVI, agradece a todos los cristianos sus oraciones. Se siente sostenido por el poder suplicante de las almas contemplativas, y por la entrega silenciosa de laicos en medio del mundo, que aman y trabajan por el Papa.
Con la oración constante y confiada, el Señor nos libera de las cadenas, nos guía para atravesar cualquier noche de cautiverio, que puede atenazar nuestro corazón, nos da la serenidad del corazón para hacer frente a las dificultades de la vida, aun el rechazo, la oposición y la persecución.
La oración constante y unánime es un instrumento precioso también para superar las pruebas que puedan surgir en el camino de la vida, porque estando profundamente unidos a Dios, nos permite también estar profundamente unidos a los demás.
Me hace pensar que algunas veces, rezamos mal, sólo por nuestras propias pasiones. Tenemos que aprender siempre de nuevo a orar bien, a orar realmente, orientándonos hacia Dios y no hacia nuestro propio bien.
(Benedicto XVI, 9 de mayo de 2012)
Ponemos, por medio de la Madre, tantas intenciones ante Dios estos días… La Cruzada – Milicia pone en cada rosario rezado al Papa, para que María lo guíe y proteja.
Y en estos días, también pone de un modo especial, a Manuel T. Amorós.
Como él rezaba tantas veces: «Totus tuus», María.